clases de tango

¿Por qué quiero dar clases de tango si no lo sé bailar?

Ahora ya le avisé a la gente, ya los convoqué en un lugar. Cuando termine la marcha van a venir, y no voy a poder decir que me da vergüenza o alguna estupidez así. Yo los llamé.

El último galpón, el único lugar donde puedo poner música. Pero sólo tengo el mp4, y tan pocos tangos...

La luz es tan pobre, y el lugar está sucio. Mágicamente puedo conectar el mp4 al huevito prehistórico; pero ya no me pregunto nada más...

Aquí estoy, y esto no parece el balneario que es, sino que me recuerda a un complejo de viviendas que tanto visité alguna vez. Salvo por los cuatro galpones que dominan la plaza.

Y aquí llegan. Con V hablé de mis nervios pero sin sinceridad, y claro, me dio para adelante. J viene contento, el resto algo suspicaces; y me siento desnuda, con el viento en las piernas... para poder correr.

Diez, nueve, ocho.. casi como si fuera al matadero; los veo desaparecer, se borran, sus cuerpos están ahí y yo no estoy con ellos.

Pero algo hay que hacer, y la luna está tan linda. Digo palabras de presentación, diferentes de las que rondan mis fantasías. La gente se ríe, siento que mi cuello es de goma, siento que me los he ganado y que se ríen de mí.

Pero la luna está tan linda, y el escenario tan apropiado, casi siento que puedo bailar, que puedo hacer esto. Hago un diagnóstico preciso y prescindible, bailo con uno y otro, M es graciosa pero le falta elegancia, A es de madera pero se divierte, J va bien, me gusta lo que hace...

La luna está tan linda allá afuera, intercambiamos sombras, no sé si esto es tango pero poco me importa ya. He de despertar algún día a mi propia timidez; que me espere un rato.