jueves, 25 de febrero de 2010

siempre son dos

Una vez más te despertaste llorando. Sé que no querés que lo sepa. Por eso me contuve, no te abracé, no intenté preguntar nada. Hice de cuenta que seguía dormida.
Deberías tener en cuenta que no me es muy fácil. Siempre gritás antes de despertarte completamente. Yo me doy vuelta, escondo la cara en la sábana para que no veas que estoy asustada.


Creo que te das cuenta. Creo que es imposible que no me escuches, que no te despiertes vos también.
Te agradezco que no preguntes, aunque algún día quisiera saber qué preguntarías. Es que estoy perdiendo la noción de las cosas. Me estoy perdiendo en mi sueño.


- ¿Cómo dormiste anoche?
Ella levantó la vista, un poco asustada. ¿Por qué lo pregunta?
Él la miraba fijamente, casi con suspicacia, pero el miedo en sus ojos claros le hizo perder súbitamente la seguridad. Bajó la mirada y se concentró en lo que hacían sus manos.
- Bien. Lo más bien. A veces creo que es un poco peligroso dormir tan profundo.
Su risa sonó un poco histérica, pero no era fingida.
- Sí. Dormís de lo lindo…
Sonó rencoroso, pensó Ariana. Como si fuera cierto, él sabe que no…
Sonó rencoroso, pensó Diego. No quería…
- … digo, está bueno. Que descanses. Porque vos trabajás…
Peor, pensó Diego.
Dejalo así, pensó Ariana.
- ¿Vas a alguna entrevista hoy?
¡Mal momento! Ariana se sintió arrepentida, y Diego acusado.
- Si, tengo dos. Para buenos laburos. Alguno va a salir, digo, tiene que salir…
- Claro que sí. Tranquilo, te estás estresando mucho. Estamos bien…
Ella sonrió abiertamente, le acarició la mano, le pasó algo de calor. Él se lo agradeció con la mirada y se sintió un idiota.

Más o menos una semana llevás despertándote así. Me estás enloqueciendo. Por favor, decime cómo hago para seguir durmiendo contigo…

Más o menos una semana, y todavía no te has dado vuelta. Sé que me lo merezco, pero creo que voy a estallar si te sigo viendo de espaldas.


- ¿Querés que haga un mate antes de que te vayas?
- Sí, claro, lindo.
- ¿Tenés tiempo?
- Creo que un rato tengo.

Ahí vamos otra vez. Ya basta, ya basta…
- ¿Estás bien?
- …
- Diego…
Él miraba la pared, agitado. De repente pareció despertar, volver del mundo en que se había perdido. Notó que Ariana lo miraba. No la quiso mirar.
- ¿Qué?
- ¿Qué te pasa?
- Nada. Tuve una pesadilla.
- ¿Cómo fue?
Diego aún volvía, se sintió interrogado. El peso de Ariana sobre la cama, ahora lo sentía en el estómago.
Ariana notó la rabia en su mirada cuando al fin la miró. Lo enfrentó casi con la misma rabia.

Quiero saber qué mierda te pasa.

Pasaron segundos, una eternidad tras otra.
Y la rabia de él cedió, y sus ojos oscuros se convirtieron en túneles interminables. Diego caía. Ariana no podía sostenerlo.
- Estoy bien, amor.
- ¿Qué? No…
- No te quise despertar.
La abrazó, Ariana se acomodó para darle cabida en su pecho. Un momento después sintió lágrimas entre sus senos. Las suyas ya caían en la almohada.

- ¿Cómo dormiste? Digo, después de que desperté…
- Bien. Pero me levanté acalambrada por tu cabezota.
Ambos rieron, con un alivio evidente.
- Vaya a saber que soñé.
- ¿No te acordás?
- Para nada.
- Mejor, parecía horrible.
- Je. Sí… ¿no?
- …
- ¿Querés que te haga un mate antes de irte?
- Dale. Tengo tiempo.

7 comentarios:

andal13 dijo...

Creo que el sutil comentario como al pasar que puse en mi blog acerca de las telarañas que estaban acumulando algunos blogs amigos, ha comenzado a surtir efecto...

Creo que cada vez manejás mejor la angustia de los personajes, y lográs transmitírsela al lector (siento una sensación de opresión en mi pecho, no es broma)... Un relato aparentemente "sencillo" que encierra una enorme complejidad.

Lara dijo...

Jajaja, entré al blog para actualizar, pero cuando vi tu comentario me sentí totalmente obligada a hacerlo!

Gracias por tu comentario. Me alienta a seguir angustiando a la gente, jajaja! No, en serio, que bueno saber que logré transmitir lo que quería.

Abrazo!

Unknown dijo...

Angustiante... tal vez, siento un poco de eso, pero también tedio, fastidio, amoroso, doloroso, pero fastidio al fin...
No cabe duda que una escena cotidiana, diría que hasta común (¿quién no la ha pasado alguna vez? yo, varias) pero con una carga emocional muy bien descrita, muy bien llevada a lo largo del relato...
Muy bueno, Lara... ¿me permitís una disgresión personal? jejeje, yo le hubiera dado un final de aquellos, jejeje... pero me gustó mucho.
Beso y abrazo.

andal13 dijo...

Pero si a la gente le encanta angustiarse...
;-)

Lara dijo...

Es verdad, Andrea, jeje...

José, se permiten las diferencias! sino para que vamos a escribir todos, con uno bastaría, jajaja!
Yo no le habria dado un gran final porque... bueno, porque a veces simplemente seguimos con las cosas a cuestas, como si nada pasara...

Abrazos!

JOAQUIN DOLDAN dijo...

te llamas como la mama de superman

y tu blog es genial

te felicito

Lara dijo...

Gracias! :)