lunes, 9 de agosto de 2010

cosas que pasan

Sin querer, porque no quise, fui poniendo las cosas en orden. Me hubiera gustado salir corriendo y llorando bajo la lluvia, pero supuse que no sería tan romántico como me lo imaginaba. No, no hubo mal teatro. Las cosas siguieron y las fui poniendo en orden.
Qué más quisiera uno que mirar a la ventana y ver, en esos momentos grises, cosas que parezcan poesía. Cosas que parezcan, aunque sea de lejos, señales de la propia vida. Sentir que de alguna manera, el mundo se preocupa por uno. Pero no, tampoco fue fácil la poesía, tampoco hubo poesía.
Las cosas se me escapaban y las tuve que poner en orden.
Las más chicas, las llamadas por teléfono, las clases que vuelven a importar, todo eso casi se resolvió solo. Al fin y al cabo hay gente que sí está donde uno la espera. Otras, el olor a jabón cuando casualmente me lavo las manos con uno igual al tuyo, cuestan un poco más. Ahí el cráneo parece achicarse, uno se desmigaja pensando y se siente hasta satisfecho, sufriendo lo mismo que en un novelón pero en dosis más bajas. Ahí hay para pensar, aunque no valga la pena. Hay, sólo hay, y uno se desmigaja pensando.
Las cosas siguen y algunas vuelven. Debe girar todo en círculos, supongo. Uno vuelve a mirar otros cuerpos. Uno vuelve a disfrutar las pocas mañanas que pasa despierto. Uno se pierde dos o tres veces más y vuelve a su puerta, borracho y desagradable pero feliz.
De a poco los cuerpos tienen nombre y cara otra vez, y ahí, casi, casi, las cosas vuelven a pasar con ritmo propio. Uno vuelve a ser director de su obra magna.
Las rodillas quedan un poco más raspadas, un poco más sucias, pero uno sigue caminando y al final, ni se acuerda que se cayó. Lástima. O suerte. Vos decime.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno Lara!

andal13 dijo...

Una ya no se acuerda que se cayó. Es un mecanismo de defensa, para poder volver a caerse mil veces más.
Y levantarse, claro.

Unknown dijo...

Cada vez lo hacés mejor, querida Lara, sigue así.
Fuerte abrazo

Scarlett dijo...

Describís mi situación actual. Y qué bien lo hacés. Leer lo del olor a jabón me dio una puntada en el pecho, qué lindo y qué triste.

GonSaa dijo...

Hay momentos en que agradezco lo selectiva de mi memoria, me cuesta recordar que caí, otras que me levanté, por suerte las marcas en las rodillas están ahí para recordarte que algo sucedió.

y uno se desmigaja pensando.
gracias por el texto Lara, no creo que exista alguien que no comparta estos sentimientos.