Me golpeé la cabeza
una vez más
pero literalmente
me abrí la cabeza
y mis ideas comenzaron
a huir
a mezclarse con el ambiente.
Desesperada, intento cazarlas
y ponerlas en donde pertenecen
sin éxito.
Así que ahora
así estoy:
con la cabeza hueca
suelto mis ideas sin inspección.
Estoy triste
porque la gente se ofende
y no puedo hacer nada
¡tengo la cabeza hueca!
Hay algún despistado
que lo confunde con honestidad
me dice que no los escuche.
Pero no es honestidad
sólo tengo un gran agujero en la cabeza...
domingo, 3 de enero de 2010
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3 comentarios:
Habrá que sembrar semillas nuevas, para que nuevas ideas germinen...
Seguramente en esa cabeza hay un suelo fértil...
Me identifico contigo, no tengo nada en la cabeza, con el agravante de no haber tenido nunca nada. Aunque bien mirado quizá sea una ventaja (no hay nada que comparar).
Andrea: ¿Dónde se compran esas semillas?
si, Andrea, esa es buena información! jajaja
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